martes, 23 de junio de 2015

CARTA SIN ENTREGAR, GERARDO ROBLES

No importa de dónde vienes, si vienes por mí. Si tus manos traen esa rojura cansada de las piedras, y traen veneno, y muerte. No me importa de dónde vienes, si me dejas beber de esas manos. Morirme como se debe morir. Sin medias tintas. Sin esperar. Sin querer siquiera resanar el último minuto. Sin esa crueldad del llanto y la angustia.
No vengas, si no vienes por mí. Y aunque vinieras envuelta en madera, o flotando, y no pudiera al menos encontrar tus pies. Y una nube, sí, grande, una nube negra, fuera lo único que alcanzara; de tu espalda; de tus manos. Qué más da. No importa, yo no querría saber de dónde viene aquello. De dónde lo tomaste.
No sé. Quizás no hay un cajón. No hay una casa. No hay un cobertizo donde uno aprende a separarse. Pero yo sólo quiero morirme ahí, en la marca que pongas con esos pequeños dedos, como una cruz. En la tierra. Como cuando encontrabas una moneda y no querías jugar con la suerte, y señalabas el destino. Ahí. Con esos dedos.
No importa ya de dónde vengas. Te lo he dicho. Es probable que lo diga para convencerme a mí. Yo ya no sé qué quiero. Si te digo que estoy seguro de todo esto, tal vez te mentiría. Pero estoy seguro, y no te miento.
Quiero que vengas, por lástima o por lastimado. Y que me tomes de la cabeza o del cuello, y que me des vuelta, y que no haya ni un solo minuto en el que deje de girar. Que me destroces, contra la grava; contra los muros; contra los dibujos que solías hacer en el papel. Pero, por favor, llega.
Hace ya mucho tiempo que no veo venir nada de esto. Yo no quería, y supongo que tú tampoco. Pero cuándo se va a imaginar uno. Que vas a venir de allá. De dónde ni siquiera tú sabes dónde queda. Donde yo nunca podría llegar, ni aunque me alejara, o fuera más grande y supiera dar los pasos como se dan los pasos.
No. En esos lugares no cabemos los perezosos, ni los delgados, ni los débiles. Simplemente no sabemos estar donde sí hay cosas. Donde nunca se necesita nada, y basta con levantar los párpados, un ojo, un cabello, y ahí está cualquier cosa, y se encuentra a la mano. Y no sólo se encuentra, sino que es maravilloso.
Es lo que digo: no importa de dónde vengas, ni lo que traigas, ni lo que te quieras llevar. Al cabo aquí es todo carencia, margen, posibilidad. Ven. De donde vengas, pero ven… y ven por mí. No importa si me quieres dejar. De cualquier forma ya estoy acostumbrado a pararme aquí, o sentarme, o quedarme acostado, o decirle a alguien que me cuide el lugar, aunque no haya nadie. Ya no es mucho.
Ven. Y con lentitud, con tristeza, con desánimo, dándole unas caladas al último cigarro, dime que ya no importa. Que me puedo ir. Que todo este tiempo que estuve esperando esas manos, y ese calor, y ese veneno, y esa libertad, no fueron nada. Y que cómo iban a ser algo, si desde siempre me quedé por que quise, y no porque me lo hubieras pedido.
Ven a decirme que me vaya; yo no puedo tomar esa decisión. Dímelo riendo. Escúpeme en la cara todo eso. Dímelo hasta que lo entienda. Convénceme. Convéncete. Convence a todos los objetos que nos estarán rodeando, si es que llegas de allá.
Pero, bueno. Yo no sé por dónde andas, y ya me cansé. Y sigo. Claro que no me muevo de este lugar. Porque si un día vienes, no importa de dónde, sé que pasará algo.


8 comentarios:

  1. Hola Gerardo (por si lees esto) muchas gracias por permitirme publicar un escrito tuyo, fue un poco difícil ya que hay muchas cosas de las cuales escribes que me gustan pero hoy es uno de esos días en los cuales te encuentras melancólicos y vi tu sección de notas y me encontré con esto, lo ame desde la primera linea.

    ¡GRACIAS DE TODO CORAZÓN!

    ResponderEliminar
  2. Hola, te he nominado a un premio en mi blog, cuando puedas pásate.
    http://novelasqueapasionan.blogspot.com.es/2015/06/premio-liebster.html
    Besos!!

    ResponderEliminar
  3. Hola: acabo de descubrir tu blog y me gusta mucho la variedad de temas que tratas vinculados con los libros. En este momento he creado un blog dedicado a los jóvenes y al uso que hacen de las nuevas tecnologías. Te invito a visitarlo: http://cativodixital.blogspot.com.es/ Si quieres seguimos en contacto. Yo ya me hice seguidora de tu blog.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola! muchas gracias :D y claro que nos leemos, un beso

      Eliminar
  4. Hola. La verdad es que es muy bonito, espero que subas mas de este autor. Acabo de conocer tu blog y me quedo por aqui, te invito a que te pases por el mio, besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola! pronto habrá más de él y claro que me paso por el tuyo :D besos

      Eliminar
  5. Holaaa
    Bueno, ese hombre está como que un poco desesperado, eh xD me gustó mucho :3
    ¡Saludos!

    ResponderEliminar

Dejad vuestra cruz en la lápida

Powered By Blogger